¿Podemos darnos el lujo, con la situación actual, de ser reactivos?
Como la Agilidad fomenta la Proactividad organizacional
El creciente interés sobre Agilidad y sus diferentes marcos y métodos se debe a la necesidad de las organizaciones y departamentos (desde TI hasta RRHH, desde start-ups a grandes organizaciones) a poderse adaptar mejor, y si puede ser rápidamente, a los cambios de su entorno. Hoy en día muchas organizaciones que conocemos se enfrentan a los diferentes cambios o retos de forma reactiva, es decir: no reaccionan ante el cambio o reto hasta que la situación que lo ha provocado es ya inminente o ha pasado.
¿En que se traduce esto para una organización? Normalmente en un incremento de incertidumbre, en sobresfuerzos y en poca estabilidad en el día a día de sus trabajadores/colaboradores, pudiendo llegar a situaciones de frustración.
Hay otra manera de adaptarse a los cambios y retos de nuestro entorno: ser Proactivos (si, en mayúscula). Pero ¿qué es la Proactividad? Siempre he opinado que el primer paso para entender algo buscar su definición, así que según la Real Academia de la lengua española: “adj. Psicol. Que toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos”.
La Agilidad nos invita a cambiar la manera en que nos enfrentamos al cambio, a ser Proactivos: a tomar el control y revisar periódicamente nuestros procesos, nuestro entorno, nuestras decisiones… para evitar tener que ser reactivos y así ‘apagar los fuegos antes de que se produzcan’.
Nos anima a todos: managers, desarrolladores, directores, y en general cualquiera que forme parte de la organización a tomar el control, a hacer que las cosas se muevan, que pasen, en vez de ajustarnos como podamos después de sufrir el cambio. A no esperar que las cosas pasen, a anticiparnos. Además, nos permite reevaluar nuestras decisiones: si las decisiones que tomamos para adaptarnos al cambio vemos que no dan el resultado esperado, proactivamente revisamos y adecuamos nuestra respuesta.
Según lo publicado por el informe ‘Annual State of Agile Report’ (catorceava edición), las tres metodologías o marcos ágiles más usados son Scrum, Kanban y XP, o alguna de sus variantes. Cualquiera de los estos tres métodos o marcos incluye en sí mismo fórmulas para la proactividad, para que iterativamente revisemos nuestras decisiones.
- El marco Scrum nos invita a trabajar por Sprints, disponiendo de diferentes eventos para evaluar el resultado de nuestras decisiones en cuanto a producto, cómo trabajamos, y en general cualquier reto o cambio que afecte a la organización.
- Para aquellos que trabajan en Kanban una de las prácticas generales es ‘implantar feedback loops’, es decir, flujos de comunicación periódicos que nos permitan tomar decisiones y evaluar en, por ejemplo, estrategia, operaciones, riesgo, servicio, Flow y entregables a clientes.
- ¿Qué pasa con Extreme Programing (XP)? Pues que dos de sus valores son Comunicación y ‘Feedback’, directamente, y establece ciclos semanales (iteraciones) y semestrales, es decir: comunicación proactiva con tus colegas y clientes y feedback constante y proactivo.
Reflexionemos, ¿qué esfuerzo y energía debemos dedicar si somos reactivos? ¿Y si somos proactivos? ¿Realmente podemos darnos el lujo de no ser proactivos?
Team Leader ITSM4Agile