COVID-19. ¿Una oportunidad para la Asturias vaciada?
Una frase célebre en informática es: “Si algo está funcionando bien no lo toques”, porque somos conscientes de los riesgos que entrañan los cambios en los entornos productivos. En este mismo sentido, a nivel general, muchos procesos de negocio se hacen de una determinada manera porque “siempre se ha hecho así y funciona” y no se quiere afrontar el coste de modificarlos, pero, ¿Qué pasa cuando eso que “siempre se ha hecho así” de repente no puede “hacerse así”? ¿Hacemos cambios temporales para volver a los mismos modelos una vez superada la crisis o aprovechamos estos cambios obligados para trabajar en soluciones definitivas y sostenibles que nos generen nuevas oportunidades?
En este año 2020 nos hemos visto obligados a enfrentar una situación totalmente nueva, y hemos tenido que tomar decisiones sobre la marcha sin estar totalmente preparados. Sin embargo, esta inmediatez nos ha permitido comprobar que un nuevo modelo de negocio es posible.
De la noche a la mañana, el modelo presidencialista, que hasta el momento aún se mantenía en muchas compañías y en el que se mide la productividad de las personas en función de las horas que éstas pasan en la oficina ya no funciona, pues el acceso a las mismas ya no es posible y el trabajo se realiza a distancia. Pasamos de manera inmediata al modelo de productividad por objetivos, en el que lo importante es realizar el trabajo en tiempo, no las horas que se pasan en la oficina. Del mismo modo, se ha hecho patente que hay una serie de procesos que implican movimiento de papel, que en esta nueva realidad se han adaptado y se ha buscado la forma de sustituir el papel físico por medios telemáticos que permitan realizar los mismos procesos para no paralizar las compañías.
Este nuevo modelo demuestra que, en muchos casos, el trabajador puede desempeñar su trabajo desde cualquier parte del mundo, sólo es necesario disponer de un equipo informático y de una buena conexión.
En Asturias llevamos décadas perdiendo población que, ante la falta de oportunidades laborales en la región, se ve obligada a emigrar a otras regiones o países. Sin embargo, ahora se nos presenta una oportunidad para recuperar esa población. Con esta nueva situación, en muchos casos los trabajadores no necesitarán trasladarse a las ciudades donde se ubiquen sus oficinas, sino que podrán permanecer en su lugar de origen y realizar sólo viajes puntuales. Esto permitirá mantener la población autóctona, así como facilitar el retorno de muchos de los emigrados. Además, disponemos de fortalezas incontestables para poder atraer talento a la región: un paraje incomparable, una buena gastronomía, un coste de vida moderado, y en definitiva una buena calidad de vida. ¿Qué nos falta para poder ser un destino definitivo a tener en cuenta como lugar de residencia en una modalidad de teletrabajo?
Actualmente, el punto más importante a mejorar es la cobertura de comunicaciones en todo el territorio asturiano. Durante el último tramo del curso 2019/2020, en el que las clases en todos los niveles educativos se realizaron con conexiones on-line, quedó de manifiesto que aún quedan muchas localidades en las que algo tan sencillo como mantener una videoconferencia se vuelve imposible por la baja calidad de la conexión existente. Es imprescindible, por tanto, extender esta cobertura de red hasta las aldeas más recónditas, para que la región sea competitiva.
Tanto el gobierno autonómico como los ayuntamientos locales deberán hacer un esfuerzo para mejorar en este aspecto. Cualquier inversión realizada en este sentido se verá compensada a medio plazo con una revalorización de la zona: mayor población, revitalización de la economía, mejores servicio, etc. No en vano, Asturias tiene una posición ventajosa, según el informe “Capacity for remote working can affect lockdown costs differently across places” publicado por la “Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos” (OCDE), en el cual se analiza el impacto en las distintas regiones europeas del coste de un confinamiento en función de su capacidad para desplegar el teletrabajo. En este informe, sólo cinco comunidades aparecen en el mapa con la posibilidad de llegar a un porcentaje superior al 30% de teletrabajo dentro de sus economías: Madrid (con más del 40%) y en un intervalo de entre el 30% y el 35%, Asturias, País Vasco, La Rioja y Cataluña.
En resumen, debemos aprovechar esta situación para potenciar todos estos elementos que hacen nuestra región única y que a medio y largo plazo nos pueden proporcionar prosperidad económica y social.
Miembro del Comité de Asturias de itSMF España