Thursday, December 5, 2024
Asociación Sin Ánimo de Lucro de Difusión de Buenas Prácticas de Tecnología itSMF España


La crisis sanitaria lleva la revolución online a la Universidad


Durante estos tiempos de crisis que, una vez más, nos ha tocado vivir, no son pocos los cambios de hábitos que nos toca asumir como sociedad, como por ejemplo la explosión del teletrabajo y su impacto en el día a día de las organizaciones, que tan merecido eco ha tenido en este foro. Otro sector, al que pertenezco, y donde ha impactado la crisis sanitaria con fuerza es el de la educación en general y la educación universitaria en particular. Si bien es cierto que la transformación digital ha contribuido en gran medida a mejorar todos los procesos de gestión universitaria en los últimos años, el modelo de educación presencial ha seguido muy arraigado en la Universidad, representando la oferta formativa no presencial universitaria una parte muy exigua en el panorama nacional. El confinamiento de la sociedad por la crisis sanitaria ha obligado de la noche a la mañana tanto a profesores como a alumnos a adaptarse a un nuevo modelo de formación no presencial (online) partiendo de muy poca experiencia previa y a los responsables de sus departamentos TIC a lidiar con una sobrecarga de sus redes de acceso y plataformas de formación online para las que en muchos casos no existía un plan de contingencia. Todo ello ha supuesto una auténtica revolución online en la Universidad.

La formación online masiva sobrevenida ha implicado el uso intensivo de servicios informáticos proporcionados por herramientas de comunicación síncrona (colaborativas con videoconferencia) y plataformas LMS (Leaning Management Systems) tipo Moodle. Las Universidades son organizaciones bastante grandes y el consiguiente uso concurrente de dichos servicios por parte de miles de alumnos y profesores en horas punta supone una sobrecarga importante que puede mermar la calidad de servicio de forma considerable. Dicha merma influye sin duda en la calidad de la docencia online, pero otra faceta de la formación online a la que afecta de forma crítica es a la evaluación online, auténtico quebradero de cabeza para responsables, profesores y alumnos universitarios en estos días. Efectivamente, es este un tema de crucial relevancia, ya que debe permitir acreditar las competencias adquiridas por los alumnos en su camino hacia un grado o máster universitario. Además, en el proceso de evaluación online resulta también fundamental la acreditación de la identidad de los alumnos evaluados, el control del riesgo de fraude por copia y la protección de datos. Si a esto le añadimos la dependencia no solo de la infraestructura TIC de las Universidades, sino también de las limitaciones en los sistemas y redes de acceso propios de los alumnos, tenemos un cóctel explosivo que supone un gran reto para una gestión eficiente de los servicios de soporte involucrados.

Los servicios informáticos que permiten desarrollar los procesos de evaluación no presencial están incluidos en la Política de Seguridad de la Universidad, al igual que el resto de servicios informáticos de la institución. Se deben aplicar las medidas de seguridad necesarias para garantizar la disponibilidad de los servicios, la confidencialidad de la información tratada y la trazabilidad de los procesos de evaluación no presencial, manteniendo registros de la actividad de los usuarios. En este contexto, el grupo de trabajo intersectorial de la CRUE (asociación de Universidades españolas, que representa a 50 públicas y 26 privadas) ha elaborado un informe de procedimientos alternativos de evaluación no presencial desde una perspectiva holística: metodológica, normativa (incluyendo los aspectos relacionados con la protección de datos) y tecnológica.

Se resumen a continuación los principales retos antes de y durante la evaluación no presencial reportados en el mencionado informe, poniendo el foco en las partes normativa y tecnológica. En una fase previa a la evaluación se deben contemplar y validar tres tipos de aspectos: 1) Aspectos específicos de seguridad de la información, como revisar el cumplimiento de la políticas tanto de contraseñas como de seguridad perimetral de la red de la Universidad y aplicar los controles necesarios para prevenir y minimizar impactos de posibles ataques; 2) Aspectos internos de las plataformas informáticas que soportan las pruebas de evaluación, como ofrecer un catálogo de servicios proporcionados, realizar un estudio previo de la carga de trabajo que pueden asumir, tratar de disponer de instancias de docencia y evaluación independientes y analizar las necesidades de almacenamiento masivo de grabaciones de las pruebas, escalando los servicios en función de todo ello; 3) Aspectos de planificación de calendario de pruebas de evaluación, evitando una concurrencia masiva de alumnos en evaluación. Durante la fase de realización de las pruebas de evaluación se debe llevar a cabo la monitorización activa (para comprobar la respuesta adecuada al aumento de carga en los sistemas), el seguimiento de los canales de soporte a profesores y estudiantes y el registro de incidencias para su tratamiento posterior.

Finalmente, en el informe se plantean tres categorías de riesgo en la evaluación, centrándose principalmente en las dimensiones de disponibilidad, integridad y trazabilidad: 1) Actividades síncronas con posible sobrecarga de sistemas de videoconferencia en tiempo real, 2) Actividades síncronas con posible sobrecarga de acceso a la plataforma LMS como consecuencia del alto grado de concurrencia de pruebas y usuarios, y 3) Almacenamiento masivo de información correspondiente a evidencias resultantes de las pruebas. Estos riesgos deben ser controlados mediante una adecuada gestión de los servicios.

Las TIC han posibilitado la revolución online que estamos viviendo en la Universidad como consecuencia de la crisis sanitaria, y tanto la docencia online como sobre todo la evaluación online masivas suponen nuevos e importantes retos. La crisis pasará y a pesar de sus traumáticas consecuencias para la sociedad deberemos tratar de sacarle también todo el partido posible. Toda la experiencia acumulada en formación online dejará sin duda un importante poso en las Universidades y quizá pueda impulsarlas de hacia un modelo semipresencial más eficiente, aprovechando lo mejor de la formación online y también, como no, del insustituible contacto directo entre alumnos y profesores. Y para todo ello seguirán siendo fundamentales las TIC y una eficiente gestión de sus servicios.

Francisco José Suárez Alonso
Responsable del Comité de Asturias de itSMF España

 

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