Antes de correr hay que aprender a caminar. Es necesario crear un ritmo sostenible de cambio en nuestras organizaciones
Cualquier transformación o adopción ágil (como cada uno prefiera llamarla) y, en general, cualquier tipo de transformación nace de una necesidad patente en nuestras organizaciones: la de hacer las cosas diferentes para poder adaptarnos y mejorar: desde la manera de trabajar a digitalizar la documentación generada.
La experiencia nos dice que estas transformaciones progresan, continúan, se mueven hacia delante gracias a aquellas personas que las lideran a través de la pasión y el convencimiento, que estos procesos de cambio pueden resultar en una mejora para sus organizaciones.
Porque, tal como Israel Alcázar compartió con nosotros en la Reunión del Grupo de Expertos de itSM4Agile de abril una organización es un sistema vivo, conformado por las personas que la forman y/o trabajan en ella. Por lo tanto, necesitamos tener en cuenta que las transformaciones o adopciones ágiles necesitan ser ‘people centric’, o ‘people first’, para conseguir lo que pretenden, ¿Cómo va a ser una organización ágil y resiliente si las personas que la conforman no lo son?
Así que observamos, aplicamos técnicas, herramientas, marcos de trabajo… con el objetivo de, si tenemos suerte, influir en las creencias de estas personas y en la cultura de la organización y, así, dar pasos hacia la dirección objetivo, hacia nuestra visión: disponer de organizaciones más ágiles, capaces de adaptarse a su entorno a través de la inspección transparente y empírica.
Pero todos aquellos que lideramos transformaciones o adopciones con pasión podemos caer en una trampa: que espoleados por esa misma pasión y por el convencimiento queramos ir demasiado rápido. De ahí el título del artículo: antes de correr hay que aprender a caminar.
Esta es una pregunta que suelen hacerme, “Javi, ¿Cuánto dura una transformación ágil?”, las organizaciones suelen tener prisa, quieren resultados lo antes posible, pero realmente ¿cuán rápido es posible ir? ¿Cuánto cambio a la vez somos las personas capaces de soportar? Cada organización tiene su inercia, sus costumbres y su cultura, y para poder influir en ella necesitamos conocerla, adaptar nuestros planes y encontrar el ritmo sostenible de cambio (del inglés sustainable path, que he traducido libremente) que la organización y las personas que la conforman podrán llevar a cabo.
Pocos cambios o adaptaciones pueden hacer que la adopción no cuaje, que no se produzca ese ‘click’ que esperamos, pero muchos cambios también son peligrosos: podemos estresar un sistema que puede ya estar estresado, poniendo a las personas demasiada carga adicional a su día a día, ¡porque las organizaciones tienen que seguir funcionando!
¿Cómo hacerlo? ¿Cómo podemos conseguirlo? Simplemente aplicando a nuestras adopciones ágiles los preceptos y valores ágiles que pretendemos enseñar: inspeccionar el progreso con transparencia y adaptarnos. Es necesario parar, es necesario evaluar, es necesario tener en cuenta que una adopción ágil va de personas, vale la pena preguntarse una y otra vez ¿esta propuesta, impacta positivamente al equipo/organización? ¿Y a cada persona individual que lo conforma?
Team Leader ITSM4Agile
Comité de Estándares de itSMF España.