Inteligencia Artificial, con un nuevo impulso en la Comunidad Valenciana
La Inteligencia Artificial es uno de los conceptos que, en los últimos años, concita mayor interés, y por qué no decirlo, preocupación, en el campo de las tecnologías de la información. Sin entrar en chistes fálices o cuestiones éticas o de carácter paranoico, no cabe duda que los sistemas de inteligencia artificial están mostrando ya ciertos éxitos en determinados tipos de tareas, y en la Comunidad Valenciana disponemos de equipos investigadores de cierta relevancia en la materia.
La Inteligencia Artificial se puede definir como una “combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano”. Una de sus vertientes es el denominado Aprendizaje Automático, o Machine Learning, basado en algoritmos para dotar a los computadores de la capacidad de identificar patrones en datos masivos para hacer predicciones. Este aprendizaje permite a los computadores realizar tareas específicas de forma autónoma, es decir, sin necesidad de ser programados previamente.
Los ámbitos de aplicación de este tipo de conceptos tecnológicos son muy variados: desde la conducción autónoma, pasando por la robótica y la medicina, y llegando hasta la ciberseguridad. También hay curiosas aplicaciones mainstream con algoritmos de inteligencia artificial para animar fotografías, para envejecer rostros, o para crear rostros humanos artificiales.
Lejos de los ambientes populares, la investigación en inteligencia artificial lleva muchos años evolucionando lentamente, en paralelo al aumento de las capacidades de cómputo de los ordenadores. En ese entorno, se han desarrollado modelos de IA que ayudan a los investigadores a detectar comportamientos fraudulentos en materias como la contratación pública, o que llevan a cabo tareas como componer música, algo que parece que estaba reservado sólo a entes creativos como los seres humanos. O más recientemente, una IA ha permitido crear dos medicamentos contra las superbacterias, en base al entrenamiento de dicha IA con los antibióticos actuales y la información de diferentes proteínas, y realizando simulaciones con las diferentes combinaciones.
El interés por la IA en España, al menos desde el ámbito político, es relativamente reciente. Baste recordar que hasta noviembre de 2020 nuestro país no dispuso de una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Tampoco es que en Europa estuviese la cosa mucho mejor, ya que hasta 2018 no se aprobó la Estrategia IA para Europa.
En la Comunidad Valenciana, desde la irrupción de la COVID-19, se ha venido desarrollando un interesante proyecto, basado en Inteligencia Artificial y la ciencia de datos, en torno a la creación de un modelo predictivo que permitiera anticipar el comportamiento de la pandemia en nuestra Comunidad y recomendara las medidas a tomar en cada uno de los escenarios para reducir el impacto de la misma. En base a una serie de oleadas de encuestas, fueron recopilando la información necesaria para ‘entrenar’ el modelo, merced a la creación de una Comisión Especial para la Estrategia contra la COVID-19 por la Presidencia de la Generalitat Valenciana y la colaboración de miles de personas que, voluntariamente, respondieron a los diferentes cuestionarios.
La calidad del trabajo ha sido tal que recientemente el proyecto VALENCIA IA4COVID19, coordinado por la Dra. Ingeniera en telecomunicaciones Nuria Oliver, Comisionada de la Generalitat Valenciana para la Estrategia Valenciana para la Inteligencia Artificial, y J. Alberto Conejero, director del Departamento de Matemáticas Aplicadas de la Universitat Politècnica de València, ha sido el ganador del desafío ‘Respuesta a la pandemia’, organizado por XPRIXE y Cognizant, y dotado con 500.000 dólares de premio.
Este éxito pone de manifiesto la buena salud de la IA en nuestro territorio, dado que ésta no es la única. En iniciativas relativamente recientes, la Generalitat Valenciana puso en marcha el sistema SALER, que haciendo uso también de técnicas de IA, pretende prevenir irregularidades y malas prácticas administrativas en su seno. Este sistema se entrena con el análisis de datos, los factores de riesgo identificados, y preguntas que se relacionan con los comportamientos que pudieran ser identificados como irregulares o malas prácticas.
Es de esperar que estas buenas experiencias tengan reflejo en otras áreas de actividad y que los éxitos de la Comunidad Valenciana en este ámbito ayuden a otros territorios, o generen sinergias entre ellos, de forma que sea nuestro país en su conjunto, y Europa, en general, quien consiga unas altas cotas de innovación en este ámbito, que nos permita competir algo mejor con los grandes players de la IA, que son (como no) los Estados Unidos y China.
Responsable del Comité de la Comunidad Valenciana de itSMF España